Era lo que se dice una niña súper mayor, tan mayor que no necesitaba ayuda de nadie para nada nunca. Pero de esto no parecía darse cuenta su mamá y su papá.
- Clody al parque es mejor ir acompañada, tienes que esperar que mamá o papá podamos ir contigo – le respondía mamá cuando ella se vestía para irse al parque con sus amigas.
- Clody cuando quieras los juguetes que están altos me lo pides – le explicaba su papá cuando ella se subía en lo alto de la escalera alta para alcanzar su muñeca.
- Clody, ten cuidado, la olla del fuego está caliente y te puedes quemar – le decía su mamá cuando ella con todas sus fuerzas agarraba las asas de la cacerola que estaba hirviendo.
- Clody hay cosas mucho más interesantes y bonitas para jugar mejores que un teléfono – replicaba su papá cuando ella le preguntaba cuando le compraría un móvil para ver vídeos y hablar con sus amigas.
Y así pasaba con muchas cosas. Clody no entendía porque a su mamá y su papá les parecía que era muy mayor para comer sola aunque la comida no le gustara, pero era pequeña para pintarse los ojos y los labios para ir al cole.
- O se es mayor o se es pequeña. Es que no hay quien se aclare con vosotros – contestaba Clody enfadada – ¡¡Que lento es esto de ser mayor!!.
Pero un día su papá le dijo a Clody:
- ¿Quieres que te cuente una historia sobre unos niños y niñas que se hacen mayores para todo a los 7 años o incluso antes?
- Vale – contestó ella con interés.
- Pues presta atención – continuo su papá – Hay un país, donde no existe la infancia, donde los niños no juegan, no aprenden a escribir, no les leen cuentos, no les besan para ir a dormir, no les llevan al parque, no tienen fiestas de cumpleaños,… Es un país triste, sin risas, sin gritos de jubilo, sin canciones infantiles,…
- Ese país no existe papi – replicó contrariada Clody.
- Sí existe cariño – insistió su padre – Hay lugares donde los niños no tienen tiempo de ir al cole, ni de jugar, donde los niños no ríen porque no tienen motivos, no están alegres porque no hay de qué alegrarse. Países donde los niños trabajan para traer agua a su casa desde pozos lejanos, trabajan para intentar que el resto de la familia coma algo. Esos niños existen pero no son niños. Son adultos con tu edad, son personas que a los 7 años son mayores, responsables de otros miembros de su familia, sin derecho a disfrutar de su infancia.
El papá de Clody cogió su móvil y le enseñó algunas fotos de lo que le estaba contando.
La niña con los ojos muy abiertos no salía de su asombro.
- ¿Sabes qué quiero decirte con esto hija? - preguntó su padre.
- No estoy segura papá – contestó Clody algo confundida.
- Pues que eres una niña afortunada, puedes disfrutar de ser niña, sin responsabilidades de mayores y sin obligaciones de mayores. Tienes muchos años para ser una persona adulta pero ahora, ahora eres una personita con deberes adecuado a tu edad, con importantes tareas que corresponden a tus 7 años pero que te permiten reír, bailar, cantar, jugar…
Clody se quedó pensando. Estuvo un rato grande sentada, seria, meditando, se le ocurrían miles de preguntas sobre lo que su papá le había contado.
Al cabo de bastante tiempo, se levantó fue a buscar a sus papás y les dijo:
- Vale, no me quejaré por tener que hacer la cama y no ir sola al parque. Creo que prefiero hacer cosas de 7 años y papá, también me gustaría que me contaras más cosas de otros niños del mundo. Parece que todos no viven igualito que yo.
Sus papás las miraron con ternura y la abrazaron satisfechos de su decisión.
Autora en Amazon: Rosario Amodeo
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