Cuento Ganador del Concurso Infantil Biblioteca Miguel Delibes - Escrito Raquel Márquez de 7 años

        Didi el dragón mágico

Hace muchos años existió una dragona mágica que ponía huevos mágicos con dos condiciones: Una que solo ponían un huevo al año y dos que no podían echar fuego por la boca.

Su magia consistía en que estaban rodeados de escamas doradas con poderes. Por ejemplo: Si un zorro cogía una de esas escamas se podría convertir en gato, o un ratón con una de esas escamas se pondría convertir en una estrella o un elefante con una de las escamas podría poner huevos. Y así infinidad de cosas que se podían conseguir con esas preciosas escamas doradas.

Un día cuando estaba saliendo del huevo el dragón su madre se dio cuenta de que tenía una marca en la pata delantera derecha, era una marca de fuego. En ese momento su mamá se puso muy contenta con aquello porque nadie de la familia nunca había tenido una marca igual y eso hacia al pequeño dragón único y diferente.

Didi, el pequeño dragón, creció feliz rodeado del cariño de su mamá y sus amigos, aprendiendo a volar, a defenderse de los dragones más mayores que se metían con él por su marca de nacimiento y comiendo grandes platos de presa ibérica que era su comida favorita.

Pasaron los años y Didi se convirtió en un dragoncito grande y fuerte pero amable y cariñoso. Cuando tenía 7 años un frio día de invierno mientras jugaba con sus amigos, se dio cuenta que podía echar fuego por la mano derecha justo donde tenía su marca de nacimiento. Su madre cuando se enteró, daba saltos de alegría porque su Didi era un dragoncito muy especial y sus amigos estaban muy contentos.

Un día los dragones mayores que se metían con Didi atacaron a los amigos del dragoncito con sus enormes garras puntiagudas y entonces Didi, con el fuego de sus manos, les dio un buen susto. Los dragones malos corrieron aterrorizados mientras Didi y sus amigos se reían a grandes carcajadas.

Cuando la mamá de Didi se enteró lo primero que hizo fue reñirle a su hijo porque no está bien usar los poderes para asustar a los demás. Y lo segundo que hizo fue ir a buscar a los dragones de 12 años que se habían reído de Didi por ser diferente y a cada uno de ellos les dio una de sus escama dorada y utilizó el poder de las escamas para hacer que cada uno de ellos también fuera distinto a todos los demás dragones.

A Lalo les salió un diamante azul con forma de luna en la frente. Estrella echaba agua por la boca. Estornudo tenía siempre un moco colgando. A Angustia la paleta le creció hasta el pecho. A Camuñas se le cambió el color del cuerpo y ahora era verde. Anlleli tenía una roca rosa con forma de estrella en la punta de la lengua. A Elsa las orejas le arrastraban.

Todos los dragones de la isla eran diferentes desde aquel día y comprendieron que no es importante la apariencia de cada uno, sino como son por dentro. Y ya todos vivían felices, jugaban juntos y nunca nadie se volvió a reír de ningún otro dragón.

Raquel Márquez - 7 años - De mayor haré muchas cosas y una es escribir cuentos para que todos los niños tengan muchas cosas que leer.