viernes, 11 de enero de 2019

Quelseri, un regalo para mi papá - Fichas de Lectoescritura


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Nicky estaba seria y pensativa. Su mamá y también en el cole, su seño le habían explicado que pronto sería el "Día del Padre". Al parecer, era un día especial donde se les recordaba a los papás cuanto se les quiere. Nicky quería hacerle algo distinto a su papá, quería sorprenderle pero no se le ocurría cómo.

De pronto Nicky tuvo una gran idea, un cuento, le escribiría un cuento a su papá y ese sería su regalo para él. Inmediatamente cogió un lápiz y papel y comenzó a escribir:

Quelseri era un país distinto a los demás, los niños corrían por las calles todo el día sin ir al cole, no había normas, se podía comer chocolate sin parar, subirse al sofá con los zapatos, bañarse sólo si les apetecía, no había que recoger los juguetes...en fin, era ideal. Todos los que vivían allí hacían lo que les daba la gana cada minuto del día, estaban encantados.

Lo singular de Quelseri es que no había papás ni mamás, sólo niños, niños de todas las edades que podían hacer lo que les diera la gana todo el tiempo. Eran felices, jugaban sin parar y nunca nadie les decía lo que estaba bien o lo que estaba mal, nadie les regañaba, nadie les daba instrucciones ni ponía reglas.

Hasta que un día, llegó a Quelseri Nicky. Ella era una niña inquieta, revoltosa, traviesa pero dulce, cariñosa y educada. Cuando Nicky llegó a aquel país se sorprendió de lo desordenado que estaba todo, no se encontraban los juguetes, ni las cucharas, ni los platos...Los niños tenían los dientes picados de comer dulces sin parar, estaban sucios y olían muy mal.

- ¿Vuestros papás os dejan comer tanto chocolate? ¿E ir tan sucios? Y los juguetes están todos estropeados y tirados por el suelo, ¿no tenéis que recogerlos? - dijo Nicky muy sorprendida.

- Aquí no hay papás, por eso se vive tan bien. Cada uno hacemos lo que nos da la gana - dijo sonriente y feliz un niño con todos los dientes negros y la cara llena de churretes.

- ¿Sin papás? - respondió Nicky impresionada - Pero, ¿quién os da besitos? ¿Quién os ayuda a levantarse del suelo si os caéis? ¿Quién os prepara ricas comidas? ¿Quién os acompaña cuando queréis ir a casa de algún amigo o al parque o al cole? ¿Quién os explica las cosas que no entendéis? ¿Quién os abraza cuando estáis tristes? ¿Quién lee con vosotros?

Los niños de Quelseri miraron con asombro a Nicky. A ellos nadie les daba abrazos ni besos, ni les ayudaba a nada pero, podían hacer lo quisieran, sin normas, sin reglas...

- Los papás - dijo Nicky - son muy importantes. Ellos nos apoyan y nos enseñan. Todo lo que nos dicen o lo que hacen es bueno para nosotros. Por ejemplo, es mejor no comer muchos dulces para que nuestros dientes estén sanos, es mejor bañarse porque estando limpitos es más agradable estar a nuestro lado, debemos alimentarnos bien para crecer y estar fuertes, es conveniente recoger y cuidar los juguetes para que no se estropeen y podamos disfrutar de ellos mucho tiempo.

- ¿Por qué sabes esas cosas Nicky? - preguntó un niño con la ropa sucia y rota.

- Me lo ha explicado mi papá. Yo le quiero mucho porque me cuenta todas estas cosas y otras muchas más pero, sobretodo, ¿sabéis que es lo mejor de tener un papá? - dijo orgullosa Nicky - Lo mejor de tener un papá es saber que siempre podrás contar con él, que hagas lo que hagas siempre estará a tu lado, cuidando de ti y queriéndote tanto como tú le quieres a él. Me encanta cuando mi papá llega a casa y me abraza fuerte fuerte, juega conmigo, me hace cosquillas, me ayuda a bañarme, a cenar y me arropa en mi cama. Nunca tengo miedo de noche porque se que, mientras yo duermo, mi papá también cuida de mi. Yo adoro a mi papá.

Todos los niños de Quelseri estaban en silencio, escuchando lo que Nicky contaba de su papá y, sobretodo, como lo contaba. Ahora todos sentían la necesidad de tener un papá como tenía Nicky. Un papá que, aunque les pusiera normas, les quisiera y les cuidara para siempre.


Ahora inténtalo tú, invéntate un cuento de regalo para tu papá, seguro que le encantará. 





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