viernes, 2 de octubre de 2020

La Cometa Flya - Fichas de Problemas Matemáticos y Vídeos de Problemas Matemáticos

La Cometa Flya y Vídeo y Fichas de Matemáticas
La cometa Flya estaba triste y enfadada a la vez. No le gustaba nada lo que pasaba. Lo que quería hacer y lo que hacía no era lo mismo.

A Flya le gustaría sentarse en la orilla del mar a escuchar el ruido de las olas o en un acantilado a observar el horizonte o en una montaña nevada a disfrutar del bello espectáculo de la nieve...pero no podía hacerlo.

Flya nunca hacía lo que quería, siempre se adaptaba a su mejor amigo, siempre se dejaba llevar por él. Flya no sabía cómo decirle que no, cómo hacerle entender que le gustaban otras cosas.

Flya estaba cada vez más irritable, más frustrada y más asustada. Tenía que hacer algo para que su amigo Viento, entendiera que no quería seguirle a todas partes, que no quería ir a los mismos sitios que él, que le apetecía cosas distintas. Pero era muy difícil. Cuando Viento aparecía Flya lo seguía por todas partes aún en contra de su voluntad.

La cometa Flya aprovechaba cuando su amigo Viento estaba durmiendo para disfrutar de aquello que le gustaba.

Un día estaba apoyada sobre el umbral de una puerta, reposando, relajada mientras Viento volvía, cuando se le acercó una hoja blanca, de esas que los niños y niñas usan para colorear.

 - Hola Flya, ¿qué haces tan seria? - preguntó la hoja.

- No sé, no me encuentro bien, estoy algo triste - contestó Flya.

- ¡Oh! ¿Por qué? ¿Qué te pasa? Pero si es un día precioso, mira que cielo azul tan bonito – dijo sonriente la hoja.

- Pues quiero ser libre, quiero poder ir a dónde me apetezca y cuando me apetezca y no dónde diga Viento y cuando él quiera - respondió con tristeza Flya.

- ¡Ayyy! Te comprendo perfectamente - aseguró la hoja.

Flya la miró con interés y expectación. La hoja decía entenderla, ¿significaría eso que le pasaba lo mismo?. ¿Habrían más cometas como ella y más hojas que se sintieran así?

- Cuando Viento no está no se qué hacer, no me atrevo a moverme y cuando él llega siempre dice a dónde ir. Me gustaría no depender de Viento, saber decirle que no - afirmó con fuerza Flya.

- Sí a mí me pasa lo mismo. Viento tiene mucho carácter, mucha fuerza y parece saber muy bien lo que nos conviene a cada uno, por eso todos le seguimos sin rechistar aunque no nos guste lo que dice, lo que hace o a dónde va - aseguró con rabia la hoja.

- Sabes hasta hoy, que no lo he hablado contigo, no me he parado a pensar que a lo mejor esto mismo que me pasa a mí les pasa a otros. Acabo de darme cuenta de lo importante que es hablar y expresar los sentimientos - dijo Flya emocionada.

- Tienes razón - asintió la hoja - Sabes, creo que si lo hablamos y nos unimos, juntos, tendremos más fuerza que Viento y podremos decir no y resistirnos a él cuando no nos guste lo que dice o hace - manifestó con alegría hoja.

A Flya aquella idea le pareció maravillosa y así lo hicieron.

Desde aquel día, cuando Viento quiere imponer sus ideas se unen las fuerzas de las cometas, las hojas de los árboles, las hojas blancas, paraguas, sombreros, pañuelos, molinos… y juntos consiguen frenarlo.

Es por eso que cuando Viento sopla muy fuerte, si prestas atención, le puedes oír protestar, puedes escuchar sus espeluznantes silbidos, eso es porque Flya y sus amigos no le permiten a Viento que les domine con su fortaleza y su brío.




Y ahora después de divertirnos con Flya juguemos un poco con las matemáticas, mira este vídeo, te lo pasarás genial:







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