martes, 21 de abril de 2020

El Autobús de los sueños - Fichas de Lectura y Comprensión

El Autobús de los sueños y Fichas de Lectura Comprensiva
Ángel estaba sentado en las escaleras de la entrada de su casa esperando a su mamá.  Estaba un poco preocupado. No quería hacer nada. No quería jugar, no quería salir, no quería comer, nada, no quería nada. Por fin llegó su mamá.
- Ángel, cariño, ¿que haces ahí sentado? - dijo su mamá.
- Esperarte, es que no quiero hacer nada – contestó algo triste Ángel.
- ¿Estás malito? ¿Te encuentras mal? ¿Te duele algo? - insistió su mamá.
Ángel negó con la cabeza, no se sentía mal simplemente no quería hacer nada. Su mamá le miró con cariño, se sentó en el sofá, lo acurrucó en sus piernas y le dijo:
- Lo que te pasa es que te has bajado del autobús de los sueños.
- ¿Autobús de los sueños? - replicó Ángel sorprendido - ¿Qué autobús?
- El autobús de los sueños - le explicó su mamá- es un autobús donde viajan todas los sueños y las fantasías. En cada asiento hay una ilusión distinta y cada uno podemos elegir la nuestra.
Ángel abrió muchos los ojos fascinado. Encantado con la idea imaginó perfectamente lo que habría en cada una de las butacas. Cada asiento de un color, los había rojos, morados, amarillos, verdes, azules, rosas, celestes, …. y todos rodeados de luces, estrellas, lunas y soles.
Ángel imaginó todo tipo de sueños,.
Algunos sencillos como jugar en el parque, estar más tiempo con sus papás, compartir juguetes con sus amigos, saltar en los charcos o pasear por la calle de noche.
Otros sueños menos fáciles como tener un hermanito, seguir siempre con la misma seño, ir a la casa de Papá Noel en verano o tocar las nubes con las manos.
- Todos los niños tienen un asiento reservado en el autobús de los sueños – continuo su mamá - Aunque hay algunos que nunca se pueden subir, otros aunque están dentro no se sientan, otros no se deciden por una butaca y otros, como te ha pasado a ti, se bajan sin darse cuenta.
Ante la cara de asombro de Ángel su mama siguió explicándole:
- Por eso, lo que hay que hacer es estar atentos a nuestro alrededor, no dejar pasar el autobús y elegir el asiento del sueño que quieras y conseguir que esos deseos se cumplan.
Ángel con una enorme sonrisa que iluminaba toda su cara, cerró fuerte sus ojos para sentirse dentro del autobús de los sueños y, después de un ratito pensando, decidió en que asiento se quería sentar ese día.
Estar con su mamá y recibir mimos. Esa era su butaca de hoy, su ilusión de hoy.
¿Y mañana?... Ya mañana elegirá otra nueva silla en el autobús de los sueños puesto que cada día, cada momento, se puede seguir soñando y deseando.



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