La
Mariposa Vilma era alegre, dicharachera, risueña y vivaracha. Vestía
de muchos y vivos colores. Le gustaba volar por el prado, disfrutar
del sol, posarse en las flores, gozar de la naturaleza, divertirse
con otros insectos, deleitarse con el sabor de la primavera. Era
feliz al aire libre, volando con
el
viento. Solo había una cosa que la ponía triste, muy, muy triste.
Vilma la mariposa no tenia ojos para ver el prado, ni oídos para escuchar cantar a los pájaros, ni nariz para oler la primavera, ni boca para saborear el néctar de las flores. Vilma era... de plastilina.